Exfoliar la piel regularmente es un hábito muy importante en nuestra rutina de cuidado facial.
Deberíamos deshacernos de las células viejas de la piel más a menudo de lo que lo hacemos, porque la acumulación de las mismas puede obstruir los poros, provocar deshidratación, agravar afecciones como el envejecimiento prematuro e incluso causar brotes de acné.
Eliminar las células muertas es muy beneficioso, pues promueve la regeneración celular y puede mejorar la forma en que nuestra piel absorbe otros tratamientos. Si quieres tener una piel luminosa y suave como la de un bebé, hay muchos ingredientes en el mercado, como los ácidos exfoliantes, que pueden ayudarte. Pero si tienes una piel sensible que no tolera los productos fuertes, las enzimas son, sin duda, tu mejor opción.
Las enzimas son moléculas producidas por nuestro propio cuerpo que colaboran en diferentes procesos. Así, las digestivas, por ejemplo, favorecen el proceso de la digestión. De la misma manera, las que se encuentran en los productos para el cuidado de la piel ayudan a descomponer las células viejas y muertas sin dejarla irritada, escamosa o inflamada.
Las enzimas utilizadas en cosmética se extraen de las frutas. Las más populares son la bromelina de la piña, la papaína de la papaya y la actinidina del plátano. Su función consiste en descomponer la queratina, una proteína que se encuentra en la superficie de la piel y que actúa como pegamento entre las capas de células muertas . Cuando esta se disuelve, los enlaces entre las células muertas también se rompen, por lo que pueden desprenderse suavemente de la manera más fácil y segura destapando los poros y descubriendo nuevas células jóvenes que proporcionan una mejor absorción de los productos y dejan la piel más suave y luminosa, con un tono uniforme.
Además, estas enzimas contribuyen a la limpieza de la piel sin alterar el pH, por lo que son unas aliadas maravillosas si buscas exfoliarla sin interferir con su barrera de humedad natural y el manto ácido.
Como todos los productos de cosmética cutánea, los que contienen enzimas deben aplicarse una o dos veces por semana hasta que la piel esté preparada para un uso más frecuente. Es importante que se acostumbre poco a poco al proceso para prevenir reacciones químicas severas al principio.
Después de este periodo de prueba se pueden utilizar enzimas una vez al día. Lo realmente sorprendente y fascinante de ellas es que son capaces de conseguir un brillo y una suavidad claramente notables después de un solo uso.
Con el Mousse Limpiador Micelar conseguirás disolver las impurezas y limpiar en profundidad sin resecar ni irritar. Contiene enzimas extraídas de frutas naturales que aceleran el proceso de renovación celular y dejan la piel purificada, suave y libre de residuos. Además, su delicada fórmula es apta para todo tipo de pieles, ya que controla el sebo hasta en las acneicas y calma las más sensibles. Un magnífico producto que purifica, oxigena y regenera tu piel restableciendo su equilibrio natural.
El Tónico Exfoliante Enzimático también constituye un excelente aliado para la limpieza de la piel pero en un plano un poquito más profundo. Su potente acción regeneradora contribuye a recargarla de energía durante la noche para que amanezca super luminosa. Una fórmula altamente eficaz a base de enzimas de frutas como la papaya y la piña, que promueven una intensa reparación y favorecen la renovación celular sin irritar ni resecar. Consigue una piel aterciopelada y radiante desde las primeras aplicaciones.
Si lo que estás buscando es darle a tu piel el descanso merecido, la Mascarilla Purificante Enzimática es tu producto. La enzima bromelina, extraída de la piña aporta elasticidad y firmeza, y combate los radicales libres, que tanto perjudican a la piel. La papaína, enzima proveniente de la papaya, renueva, ilumina, protege y detoxifica. Ambas enzimas, combinadas con otros ingredientes enormemente potentes y efectivos, ejercen una maravillosa acción protectora, reparadora y nutritiva. ¡Devuélvele la vitalidad a tu piel en tan solo 10 minutos!